Más de 1.000 camiones de tierra y 100 de piedra crearán un nuevo talud para frenar la erosión del escarpe actual sobre el que yergue el castillo coyantino, en parte ya sin cimentación y en serio riesgo de derrumbe
El Ayuntamiento de Valencia de Don Juan aprobó este martes, en Junta de Gobierno Local, el procedimiento de licitación para que las empresas interesadas opten a realizar la obra proyectada por el ingeniero Ulises López-Peláez, titulada “Consolidación y recalce torres oeste castillo y estabilización talud escarpe en Valencia de Don Juan”.
Dicho proyecto sale con un presupuesto base de licitación (IVA incluido) de 560.770,19 euros. De ellos, el Instituto Leonés de Cultura de la Diputación de León ha comprometido el 60,63% (340.000,00 €) y el Ayuntamiento de Valencia de Don Juan asumirá el restante 39,37% (220.770,19 €).
El objeto de la obra es, ni más ni menos, resolver un problema histórico del castillo de Valencia de Don Juan. Este monumento, declarado Monumento Nacional en 1931 y actualmente catalogado como BIC (Bien de Interés Cultural), se asienta sobre una terraza en la margen izquierda del Esla, río que desde siglos atrás viene erosionando el escarpe hasta el punto de que ya en su día derribó todo el cerramiento Oeste del castillo y en la actualidad buena parte de las torres Noroeste y Suroeste están volando a una altura de unos 25 metros sobre el cauce, con serio riesgo de derrumbe. Dicha inestabilidad es una amenaza para los viandantes que discurren por el paseo del río así como un grave peligro para la conservación del monumento, que puede caer en cualquier momento por falta de cimentación.
La solución a dicha problemática no es sencilla, teniendo en cuenta además que debe considerarse que la intervención no tenga un impacto visual demasiado duro con el propio monumento a conservar. Así, la obra plantea la construcción de un talud artificial de unos 20 metros de altura y 150 metros de longitud que frene el deterioro del escarpe natural y refuerce la estabilidad del castillo. Dicho talud artificial se levantará mediante una escollera de 1.342,27 m³ de piedra, de la cual quedarán visibles unos 4 metros de altura, y sobre ella continuará un talud de 15.634,00 m³ de tierra hasta alcanzar la cimentación del propio castillo.
Como dato elocuente del enorme volumen del nuevo talud, sirva decir que para la escollera de piedra se necesitará un transporte de 100 camiones, mientras que el volumen de tierra requerirá mover más de 1.000 camiones. Tal tránsito de maquinaria pesada destruirá el tramo del paseo del río afectado, pero ya está contemplada su recuperación posterior dentro del propio proyecto, también porque la ampliación del talud del castillo taparía el colector de aguas residuales de la localidad, que deberá por ello derivarse unos metros hacia el río, obra que también se contempla dentro del proyecto.
El nuevo talud incluirá un sistema de evacuación de aguas, que recogerá también las pluviales del patio de armas (actualmente sin salida, ocasionando daños al monumento), así como 17 drenajes que evitarán embolsamientos de aguas subterráneas.
Conforme el talud artificial vaya subiendo irá encontrando restos arquitectónicos y arqueológicos, cuya protección se ha tenido en cuenta conforme a la memoria redactada por el arqueólogo Fernando Barrientos, quien ha sido avalado y autorizado por la Comisión de Patrimonio de la Junta de Castilla y León para el seguimiento y conservación de dichos elementos. Así, por ejemplo, quedará protegida y accesible una poterna que daba acceso o salida desde el interior del castillo hacia el río. La misma se excavará y consolidará, quedando protegida por un túnel de acceso y un cerramiento acorde a los demás existentes ya en el castillo. Quedará para el futuro seguir excavando el pasadizo marcado por la poterna, hasta alcanzar el lugar original que con el que comunicaba.
Alcanzada la cimentación de las torres Noroeste y Suroeste del castillo, ambas quedarán reforzadas con una nueva cimentación de hormigón armado que recibirá un tratamiento estético adecuado, aunque la mayor parte quedará posteriormente oculta por una capa de tierra y con la vegetación autóctona que cubrirá todo el nuevo talud.
Habida cuenta de la complejidad de la presente obra y de la delicada situación los elementos sobre los que se actúa, especialmente determinadas zonas del Castillo de Valencia de Don Juan, el proyecto ha considerado adecuado exigir una determinada clasificación del contratista (A 2 2 y K 7 1) para garantizar que la intervención sea lo más respetuosa con el monumento y que su resultado sea el mejor posible tanto funcional como estéticamente.
Las empresas interesadas tienen un plazo de 20 días para presentar sus ofertas en las oficinas del Ayuntamiento de Valencia de Don Juan. Una vez sea adjudicada, el plazo de ejecución de la obra será de 6 meses.