Museos coyantinos “YoMeQuedoEnCasa”: Tintinabulum (Esquila)

Pieza_018 (2)

Pieza: TINTINABULUM (ESQUILA)

 

Lugar de origen: Terraplenes del Jardín de Félix Rodríguez de la Fuente (Jardín de los Patos). Excavaciones previas a las obras de acondicionamiento de los alrededores del castillo, años 1987-1988.

Cronología: en torno a los siglos IV-V.

Conservado en: Museo de León. Réplica en el Museo del Castillo de Valencia de Don Juan.

Hoy volvemos a atender a una de las piezas que tenemos en nuestro museo del castillo que en este caso nos retrotrae a la época romana. Se trata de la reproducción en resina de un pequeño tintinabulum o, en su denominación actual, una pequeña esquila de bronce que originariamente estaría unido a un cordón o correaje de cuero, formando parte seguramente de una collera de ganado. La funcionabilidad de este objeto (que más bien podría definirse como ‘herramienta’) estaba relacionado con la identificación de la ubicación de las reses por medio de su sonido. Precisamente, el nombre original latino, tintinabulum, atiende a aspectos onomatopéyicos, reproduciendo en su denominación al sonido (tintineo) que realizaba este objeto de percusión.

La pieza en cuestión es de forma cónica, midiendo apenas 10 cm de alto y 10 cm de diámetro máximo. Aún conserva una pequeña asa en forma de aro del cual se pendería y tiene una línea diametral que atiende a aspectos funcionales más que estéticos, ya que delimita la parte superior, más gruesa y donde iría enganchado el elemento percutor (badajo), de la inferior, esta última de un grosor menor, permitiendo con ello una mayor resonancia. Existen múltiples formas de realizar este tipo de objetos, como el modelado a partir de una lámina de metal (más propia para elaborar los que hoy conocemos como ‘cencerro’) pero en este caso, parece que fue realizada por fundición y en molde (más acorde para la realización de la tipología ‘esquila’). Cabe reseñar que una esquila sería morfológicamente similar a una campana, tal y como la pieza que se comenta, y un cencerro tendría generalmente de morfología más similar a un cilindro de sección ovalada.

Con respecto al hallazgo de este objeto, apareció en el contexto de las excavaciones llevadas a cabo entre los años 1987 y 1988 en relación con las obras de urbanización y adecuación en el entorno del castillo y Parque Félix Rodríguez de la Fuente (actual Parque de los Patos). Las excavaciones preventivas desarrolladas en este sector, pusieron al descubierto una serie de hoyos: posibles antiguos silos de almacenamiento u hornos que, abandonados y ya en desuso, fueron rellenados con materiales de desecho de época tardorromana, entre los cuales se hallaba este objeto.

Este tintinabulum no deja de ser una campana de pequeño tamaño, y el uso de este tipo de objetos se retrotrae a muy atrás en la historia. Tenemos registros de uso de este tipo de elementos en la antigua Mesopotamia; aparte también tenemos referencias en la Biblia, ya que la Ley Mosaica determinaba que la parte baja de la túnica del Sumo Sacerdote de Yahvé llevase campanillas de oro alternadas con granadas de púrpura, que con su tintineo avisarían de la llegada de la autoridad sacerdotal al Templo.

También sabemos que este tipo de elementos era una herramienta necesaria y generalizada ya en el ámbito ganadero de época romana. Como curiosidad, y más o menos coetáneo a este objeto, queremos dejar constancia de un curioso hallazgo en la necrópolis tardorromana de Fuentespreadas, Zamora: en una de las tumbas apareció un gran ajuar que consistía en un conjunto de piezas muy variado, entre los que había objetos de uso personal, doméstico y armas. Cabe mencionar el conjunto de herramientas propias de diversos oficios como la carpintería, la agricultura y la ganadería, hallándose un magnífico tintinabulum.